lunes, 28 de marzo de 2011

Pas De Chat

 El estela italiano Dino Formaggio sentencio en una ocasion "Arte es todo lo que el hombre llama arte".Una definicion tan eterea del fenomeno es,en cambio,la forma mas absoluta de su significado.Porque,¿a que llamamos Arte?
 Un ejemplo: un turista pasea por entre las galerias de Los Uffizzi en Florencia.Si de pronto se para frente a la "Medusa" de Caravaggio,tendra la sensacion de no rebasar las fronteras que llevan a su mitico mundo.En cambio frente al "Nacimiento de Venus" de Sandro Botticelli sentira una absoluta atraccion.
 Ahora un transeunte se dirige a toda velocidad a una reunion de trabajo..A su alrededor nada le distrae de su preocupacion por la presentacion hasta que en la espera de un semaforo un niño en los brazos de su madre le mira y le sonrie.Por un instante olvida el objeto de su nerviosismo.
 En embas situaciones un hecho nos saca de la realidad y nos adentra en un mundo de sensaciones.¿Es acaso una experiencia menos sutil y artistica la del transeunte que contempla la belleza de un niño que la del turista enamorado de la belleza de Venus? La sensacion es la misma pero una es considerada una anecdota y la otra se llama Arte.
 La fotografa Ana Garrido (Eskarraman),hace reflexionar sobre ello.Como dijoAugust vann Patter "aquel que ha contemplado la belleza esta condenado a seducirla o morir".








2 comentarios:

  1. Con tu permiso, dejo el texto al completo. Espero que tengas una larga lista de éxitos. Ya sabes que en mí tienes a tu fan número uno ;-)
    PAS DE CHAT
    El esteta italiano Dino Formaggio sentenció en una ocasión: “ Arte es todo lo que el hombre llama arte”. Una definición tan etérea del fenómeno es, en cambio, la forma más absoluta de su significado. Porque, ¿a qué llamamos Arte?.
    Un ejemplo: un turista pasea por entre las galerías de Los Uffizzi en Florencia. Abrumado por la masa de obras que le observan, sentirá todo tipo de emociones: amor, ternura, deleite, repulsa,miedo, angustia,... Si de pronto se para frente a la “Medusa” de Caravaggio, con total seguridad tendrá la sensación de que una fuerza apotropaica le repele y le advierte de no rebasar las fronteras que llevan a su mítico mundo. Seguramente, sin ser consciente, dará un paso atrás y se alejará del cuadro lo más rápido posible. En cambio frente al hermoso “Nacimiento de Venus” de Sandro Botticelli sentirá una absoluta atracción, arrimando su rostro cada vez más al lienzo, intentando
    adivinar sus secretos, hasta que el vigilante de sala le avise de que se está saliendo de los límites de seguridad y le devuelva a la bulliciosa realidad.
    Ahora un transeúnte se dirige a toda velocidad a una reunión de trabajo. Su mente es una tormenta de pensamientos a propósito del cliente, de si la presentación será de su agrado, si conseguirá sacar a flote el proyecto... A su alrededor nada le distrae, hasta que en la espera de un semáforo, un niño
    en los brazos de su madre le mira atentamente y le sonríe. Esa mirada despreocupada e inocente
    devuelve a nuestro protagonista a un estado efímero de calma. Por un breve instante olvida cuál es el objeto de su nerviosismo.
    En ambas situaciones, tan diferentes entre sí, existe una experiencia común: un hecho inesperado nos saca de la realidad para adentrarnos en un mundo de sensaciones. ¿Es acaso una experiencia menos sutil y artística la del transeúnte que contempla la belleza de un niño que la del turista que se enamora de la belleza de Venus? La sensación es exactamente la misma pero una es considerada una anécdota mientras que la otra es llamada ARTE.
    La fotógrafa Ana Garrido, nos hace reflexionar sobre esta misma cuestión. ¿Qué es el Arte?; ¿qué condiciones se han de dar para la creación artística?; ¿cuál es el fin último del Arte? Como dijo el historiador August van Patter: “aquel que ha contemplado la belleza está condenado a seducirla o morir.”
    Un polígono industrial y una bailarina son el soporte sobre el que la artista construye su discurso.La sordidez del lugar no impide que en el se establezca una conexión natural con la protagonista.Una bailarina de danza clásica se mimetiza con el ambiente callejero y urbano y se transforma en un gato que campea libremente por la soledad de las naves industriales. Pero a veces la comunicación se interrumpe e intenta escapar de la sordidez que la encierra entre unos barrotes o se le presenta como un infranqueable muro. Así la bailarina ha
    dotado de belleza un ámbito que en sí mismo nos desagrada. Ha creado “un instante artístico”.
    Ana Eskarraman nos descubre un mundo en el que nosotros construimos la belleza y la perseguimos en cualquier lugar. Todo lo que nos rodea es suceptible de ser transformado en un Paraíso o un Infierno. De nosotros depende. La joven artista ve el mundo cotidiano como un gran lienzo sobre el que “pintar nuestra obra de arte particular”. La delicadeza de sus composiciones, la elección del elegante blanco y negro pasa sus fotografías y, en definitiva, su concepción del mundo y la vida aparecen plasmados en estas veintitrés instantáneas que nos enseñan que el Arte está en cualquier
    parte.
    En palabras de Ana: “En ocasiones me aíslo de la realidad casi sin darme cuenta y creo mundos en los que me pierdo. Hasta que de pronto alguien me devuelve a la realidad y llama mi atención"

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